Fiestas de El Noveno
La victoria sobre la Casa de Alba
Las Fiestas de El Noveno giran, como en otros muchos pueblos, alrededor de los festejos taurinos: suelta de vaquillas, encierros y novilladas que se celebran en un singular y único coso taurino cerrado con los viejos carros de labranza que los vecinos conservan con especial esmero en sus casas.
Es un buen momento para acercarse a esta Villa declarada Conjunto Histórico Artístico y disfrutar de toda la historia y belleza que acumulan sus monumentos y calles medievales.
Historia del Noveno.
San Felices de los Gallegos, Ahigal de los Aceiteros y otros pueblos de los contornos eran de señorío real desde la Reconquista. Significa que a cambio de tributos estaban bajo la protección de los Reyes y con cédulas reales hicieron promesa de que no lo enajenarían.
La situación cambió cuando los Reyes Católicos en 1.476 entregaron la villa a don García Álvarez de Toledo, primer duque de Alba, por su apoyo prestado en las luchas contra su sobrina doña Juana, mal llamada “La Beltraneja”.
Este derecho suponía, entre otros aspectos jurídicos, el llamado Derecho del Noveno, consistente que los vecinos tenían que entregar de cada nueve cosas que cultivaran o criaran, una. Además no podían sacar el pan de las eras (trigo), ni el vino de los lagares hasta que se pagara el noveno y lo llevaran a la alhóndiga del duque. Por si fuera poco tenían que tener estanco el vino, es decir no podían venderlo los campesinos hasta que el duque no vendiese el suyo.
La primera reivindicación para no pagar el Noveno se hizo en el año 1.563, pero se perdió y no se conseguirá hasta el 11 de mayo de 1.852, fecha en que, tras la supresión de los señoríos, una sentencia exoneraba del pago del noveno a San Felices y anejos (Ahigal y Puerto Seguro).